Las Vegas, NV – Este fin de semana, la senadora Catherine Cortez Masto visitó la frontera sur, se reunió con defensores de los derechos de migrantes y refugiados y con agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), participó en un recorrido por la frontera de Nogales y visitó el puerto de entrada Nogales-DeConcini. Durante su visita al sur de Arizona, la senadora visitó el albergue Southwest Key Estrella, donde se encuentran detenidos niños no acompañados, y el albergue Casa Alitas, el cual ayuda a los migrantes a reunirse con familiares y patrocinadores en Estados Unidos. También cruzó la frontera hacia Nogales, México, para visitar el comedor y albergue de mujeres de la Iniciativa Kino para la Frontera. Allí, se reunió con familias que buscan asilo y se han visto afectadas por la política del presidente Trump conocida como “metering”, la cual ha obligado a las familias a esperar en México por meses antes de que se les permita presentar una petición de asilo.
“Durante mi viaje a la frontera México-EE.UU. este fin de semana, vi una crisis humanitaria alimentada por un presidente que se ha negado a tomar medidas concretas para mejorar las condiciones para las familias migrantes, brindarles a los agentes de CBP el apoyo necesario para procesar a las familias de manera rápida y humana o proteger el derecho de las familias a solicitar asilo en los Estados Unidos. El presidente Trump ha cerrado cruelmente la puerta ante los niños y las familias que buscan asilo y al mismo tiempo se ha negado a abordar las desgarradoras condiciones en nuestra frontera que son una desgracia nacional.
“Como ex fiscal general de Nevada, sé lo duro que trabajan los oficiales del orden público de nuestro país para mantenernos seguros. Sin embargo, lo que vi en Arizona fueron agentes de la patrulla fronteriza obligados por este presidente a actuar como profesionales de la ley y como proveedores de cuidado infantil sin la capacitación o el apoyo necesario. Estoy haciendo todo lo posible para luchar por sistemas seguros y humanos que brinden a los oficiales de orden público los recursos y la tecnología que necesitan y a la vez traten a los migrantes en la frontera, muchos de las cuales son niños y familias, con la dignidad y el respeto toda persona merece.
“Mi viaje a la frontera reafirmó lo que los estadounidenses ya saben: que las personas en nuestra frontera son familias y niños que huyen de una violencia horrible. Son niños a quienes les gustan libros para colorear y jugar fútbol, y son padres que están haciendo todo lo posible por mantener seguras a sus familias. Es vital que el presidente Trump y los líderes republicanos dejen de perjudicar a estas personas inocentes y que afronten el verdadero problema al aprobar una reforma migratoria integral, elaborar legislación bipartidista que permita alternativas a la detención y abordar por qué estas familias huyen de los países centroamericanos”.
